miércoles, 6 de febrero de 2019

Abel Vargas, pintor de selvas tropicales nicaragüenses

arte nicaraguense, arte centroamericano, arte latinoamericano
El poeta nicaragüense Julio Valle Castillo en su ensayo “El inventario del Paraíso”, nos recuerda Vargas, hacia notar que el movimiento de pintores de la modernidad nicaragüense (1960-70), no era un grupo que se caracterizara por el paisajismo y que por eso el primitivismo había venido a suplir esa carencia, dándole continuidad y permanencia. Pintoras como Asilia Guillén y Adela Vargas, o Llelva Ubau y Marina Ortega de la escuela primitivista de Solentiname (Granada), entre otras y
otros, promovido por el poeta Ernesto Cardenal y la pintora Elena Pineda, han pintado sus propias florestas isleñas y su virginal esplendor.

Pero es Vargas, quien ha pintado la espesura selvática, tanto del Caribe como del Pacífico. En los años ochenta del pasado siglo, surgen de su paleta sus temas afrocaribeños, como “Semana Santa en Corn Island”, “Punta fría o Pointeen”, o el “Palo de Mayo en Bluefields”, o uno de los temas de selvas tropicales con el cual ganó el Primer Lugar de la I Bienal Centroamericana de Pintura Primitivista.

Después sus temas giraron hacia el Pacífico. En el Museo de Altagracia (Ometepe-1994), rinde homenaje al paisaje al exponer su obra “Ometepe”, cuadro reproducido en postales por la ONG cultural Quijote Center, en Washington.

“Selva tropical”, es otra obra exhibidas en 1991 en la colectiva de Arte Contemporáneo Nicaragüense-Stephanie Ann Roper Gallery de Frostburg State, Universidad de Meryland.

"Reserva natural Los Guatusos" de Abel Vargas, óleo sobre tela. Para el 2002, en la muestra colectiva “Resurgimiento de un paraíso Sumergido”, exhibe dos obras mas, una de ellas de un exuberante boscaje titulada “Reserva Natural Los Guatuzos”, y la otra su contraparte, “Voracidad”, que constituye una denuncia de la depredación forestal.

Esto lo lleva a exponer en Galería Epikentro, en el 2003, la muestra “Paisajes Nicaragüenses”. El poeta y crítico de arte Álvaro Urtecho elogia sus obras como de un primitivismo muy refinado, de temas románticos, y con elementos del realismo mágico latinoamericano, en lo que a ecología, preservación del medio ambiente y nueva estética visual ser trata. En la actualidad, Vargas continúa pintado otras series, y viajando desde Managua a las isletas del lago Cocibolca, de donde le vienen una buena parte de sus inspiraciones para pintar sin tiempo sus selvas tropicales, de la cual se siente uno de sus pintores maestros por excelencia, neoprimitivista y ecologista.

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