El poeta nicaragüense Julio Valle Castillo en su ensayo “El inventario
del Paraíso”, nos recuerda Vargas, hacia notar que el movimiento de
pintores de la modernidad nicaragüense (1960-70), no era un grupo que se
caracterizara por el paisajismo y que por eso el primitivismo había venido
a suplir esa carencia, dándole continuidad y permanencia.
Pintoras como Asilia Guillén y Adela Vargas, o Llelva Ubau y Marina
Ortega de la escuela primitivista de Solentiname (Granada), entre otras y
otros, promovido por el poeta Ernesto Cardenal y la pintora Elena
Pineda, han pintado sus propias florestas isleñas y su virginal
esplendor.
Pero es Vargas, quien ha pintado la espesura selvática, tanto del Caribe
como del Pacífico. En los años ochenta del pasado siglo, surgen de su
paleta sus temas afrocaribeños, como “Semana Santa en Corn Island”,
“Punta fría o Pointeen”, o el “Palo de Mayo en Bluefields”, o uno de los temas de selvas tropicales con el cual ganó el Primer Lugar de la I Bienal Centroamericana de Pintura Primitivista.
Después sus temas giraron hacia el Pacífico. En el Museo de Altagracia
(Ometepe-1994), rinde homenaje al paisaje al exponer su obra “Ometepe”,
cuadro reproducido en postales por la ONG cultural Quijote Center, en
Washington.
“Selva tropical”, es otra obra exhibidas en 1991 en
la colectiva de Arte Contemporáneo Nicaragüense-Stephanie Ann Roper
Gallery de Frostburg State, Universidad de Meryland.
"Reserva natural Los Guatusos" de Abel Vargas, óleo sobre tela.
Para el 2002, en la muestra colectiva “Resurgimiento de un paraíso
Sumergido”, exhibe dos obras mas, una de ellas de un exuberante boscaje
titulada “Reserva Natural Los Guatuzos”, y la otra su contraparte,
“Voracidad”, que constituye una denuncia de la depredación forestal.
Esto lo lleva a exponer en Galería Epikentro, en el 2003, la muestra
“Paisajes Nicaragüenses”. El poeta y crítico de arte Álvaro Urtecho
elogia sus obras como de un primitivismo muy refinado, de temas
románticos, y con elementos del realismo mágico latinoamericano, en lo
que a ecología, preservación del medio ambiente y nueva estética visual
ser trata.
En la actualidad, Vargas continúa pintado otras series, y viajando desde
Managua a las isletas del lago Cocibolca, de donde le vienen una buena
parte de sus inspiraciones para pintar sin tiempo sus selvas tropicales,
de la cual se siente uno de sus pintores maestros por excelencia,
neoprimitivista y ecologista.
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