miércoles, 6 de febrero de 2019

Soraya y sus pinturas cadenciosas


Oriunda de Carazo, Soraya Moncada recuerda que desde niña siempre tuvo el interés y la disposición de dibujar y pintar, por lo que su vocación se hizo más que obvia y optó por estudiar Diseño gráfico para luego estudiar muralismo en la extinta ANAPUM –DAS (Escuela de Muralismo Davis Alfaro Siqueiros).

Ahora su capacidad de plasmar imágenes la ha llevado por los caminos apropiados, pues parte de su trabajo más reciente verá la luz en Máscaras desnudas, una exposición que durará 7 días y tendrá lugar en el CCEN (Centro Cultural de España en Nicaragua) a partir del jueves 7 de mayo, a las 7 de la noche día en el que Soraya se dispone a realizar una pintura de desnudo en tiempo real.




¿De dónde nace esta exposición?

La exposición “Máscaras desnudas” nace con el interés personal de crecer, de experimentar, de compartir. Cada año participo en exposiciones colectivas, y ya era tiempo de hacer nuevamente una muestra personal, algo diferente de lo que antes hice. Mostrar al público el cuerpo de mujer desnudo, en sus dimensiones, formas y colores. Y el introducir dos expresiones artísticas diferentes me lleva a descubrir maneras de mezclar, de expresar con diferentes materiales una visión abstracta del rostro femenino.

¿Cuáles son tus planes a futuro después de esta exposición?


Seguir experimentando, buscar y encontrar nuevas opciones donde utilizar el arte pictórico, aún tengo pendiente esculpir en grandes dimensiones, en realidad hay muchas cosas pendientes, cada día nacen ideas nuevas y hay que tomarse el tiempo para realizarlas y combinarlas con todas mis actividades.

¿Tenés algo o alguien que te inspire o tus trabajos son hechos en el momento?


A todos nos gusta algo, menos mal es mi vocación y no hay nada más maravilloso en esta vida que hacer lo que a una le gusta. La inspiración, así como las influencias pueden venir de muchos ángulos y es difícil ubicar a uno o múltiples, somos una fusión, sigo corrientes diferentes y versátiles.

¿Qué expectativas tenés con esta exposición?


Que esta nueva línea de arte que muestro tenga buena recepción por parte del público, es lo que una espera siempre. Nunca antes expuse cuerpos de mujeres desnudas, es una experiencia novedosa para mí, además es la primera vez que hago máscaras con esta técnica mixta.

¿Qué es lo que más te gusta hacer de entre todas las técnicas que manejás?

Me gustan diversas técnicas y líneas de arte, no tengo preferencia por ninguna, a todas las amo por igual, entre las que realizo están: puntura de murales en acrílico sobre concreto o paneles, mosaicos sobre madera, concreto y metal, modelado de esculturas en cerámica, máscaras en diversidad de técnicas y materiales, entre otras. No puedo decidirme por una, me gustan todas.



¿Vivir del arte es posible o imposible?

Vivir de cualquier profesión es posible y es imposible, eso depende de la disposición, el emprendimiento, la confianza en sí mismo y en lo que se hace. Además de la apertura a experimentar siempre, eso es lo que nos puede llevar al éxito o al fracaso a nivel profesional, así que vivir de cualquier carrera o profesión es posible e imposible.

¿Qué frutos has visto de tu trabajo?

A nivel profesional, siempre estoy en constante aprendizaje, me enriquece cada día, desde que inicié a tomarlo como trabajo, como fuente primaria de ingresos. En cuanto a frutos por satisfacción hay muchos, puesto que mi profesión me ha llevado a enseñar, a compartir lo que sé con niños y adolescentes nicaragüenses, holandeses, belgas y noruegos, eso me llena, ver y saber que he logrado sembrar en diversas culturas y sociedades un poco del arte pictórico nicaragüense.

El paraíso de los pintores primitivistas de Solentiname

La isla La Venada, en el archipiélago de Solentinam.
La isla La Venada, en el archipiélago de Solentiname, aparece en el horizonte como un punto verde que flota tranquilo sobre las cálidas aguas del Gran Lago de Nicaragua. Mientras la lancha se acerca al pequeño muelle de la isla se van revelando las casas de madera, pintadas con colores intensos, que son hogar, refugio y talleres de los pintores primitivistas que desde hace más de 40 años pintan los paisajes de este paraíso tropical. Se trata de una comunidad de campesinos convertidos en artistas gracias al descubrimiento del poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, que a finales de la década del sesenta del siglo pasado viajó hasta aquí buscándose a sí mismo y para renovar su fe.

En La Venada, o isla de los pintores, habitan el pintor primitivista Rodolfo Arellano y su esposa, Elba Jiménez, que pertenecen a la primera generación de artistas descubiertos por Cardenal. Antes de la llegada del poeta, Arellano se dedicaba a la agricultora y a la pesca y vivía con su familia en condiciones de vida precarias: la pobreza marcaba el paso. Cuando el campesino descubrió que en su interior se ocultaba el talento de la pintura, su vida cambió por completo. Pronto sabría que su arte era muy cotizado. Desde entonces, dejó la pesca y la agricultura para dedicarse a plasmar en lienzos la vida de Solentiname.

“El padre Cardenal vio que había un talento en Solentiname y dijo que había que continuar lo que habían hecho nuestros ancestros”, cuenta Arellano, de 77 años, en su casa de La Venada, sentado en una esquina al lado de una ventana donde pinta sus paisajes primitivistas, con tres ramas superpuestas usadas como caballete. “El padre vino y trajo a un pintor de Managua que se llama Róger Pérez de la Rocha, quien hizo unos talleres de pintura. Un pariente me dijo que por qué no me integraba a pintar, porque la vida es diferente a estar volando machete. Entonces le dije a mi esposa que vaya ella primero, porque si desatendía los cultivos no sé qué hubiera pasado. A la semana le digo: enséñame lo que estás haciendo. Y trajo un cuadrito que yo miraba bonito”, agrega el pintor.

Ernesto Cardenal compró esos primeros cuadros a los pintores de Solentiname y los instó a seguir pintando. En aquella época el archipiélago no existía para la mayoría de los nicaragüenses, eran unas islas abandonadas en medio de ese lago inmenso, de más de ocho mil kilómetros cuadrados, donde no había hospitales, escuelas, comisarías o alguna presencia del Estado. Para los habitantes del archipiélago la llegada de Cardenal fue un descubrimiento, aunque nunca pensaron que el sacerdote los convertiría en una comunidad mundialmente famosa.

El poeta contó con el apoyo del maestro Róger Pérez de la Rocha, uno de los pintores más aclamados del arte nicaragüense. “Llegué a Solentiname a raíz de una crisis nerviosa de juventud”, narra Pérez de la Rocha en su estudio de Managua. “Tuve un intento de suicidio, delirio de persecución, pero me conectaron con Ernesto y él me dio refugio, porque realmente estaba en peligro mi vida. Él me dio hospitalidad. Fue un hecho determinante en mi crecimiento como artista educarme a la sombra de Ernesto Cardenal. Fue mi guía en esos años de juventud”, narra.

Pérez de la Rocha formó talleres de pintura y enseñó a los pintores de Solentiname la técnica. “La filosofía de Ernesto era: día que se trabaja, día que se come. Él enseñó el sentido de la disciplina y del trabajo. Había muchas labores por hacer: desde trabajar al machete o alfabetizar. Por la tarde yo pintaba, me estaba permitido dedicarme a mi pintura. En esas tarde que hacía mi creación llegaban a asomar algunos campesinos y en especial uno, Eduardo Arana. Noté el interés en él. Después me llevó una jícara que él hacía labrada a mano con navaja. Le di lápices de colores y me llevó algunos bocetos, lo que después serían los primeros cuadros primitivistas de Solentiname”, recuerda el pintor.
Cardenal alteró la vida de Solentiname. Era un cura rebelde, que no vestía sotana, que llevaba el cabello alborotada, con una cinta en la frente, que fumaba y comía con los campesinos, que les hacía leer al Ché Guevara, a interpretar el Evangelio sin dogmas impuestos y que no cobraba ni un córdoba (la moneda nicaragüense) por bautizos, comuniones o casamientos, como sí lo hacían otros sacerdotes que visitaban de vez en cuando estas islas.

“No lo entendíamos”, afirma Esperanza Guevara, miembro de una de las primeras familias de pintores del archipiélago y ahora administradora de la llamada Asociación para el Desarrollo de Solentiname, que trabaja por la conservación del archipiélago. “Antes los padres en las misas siempre decían: ‘tienen que rezar mucho, tienen que ser casados, no decir malas palabras, no cigarros, no traguitos, para que cuando ustedes mueran vayan al cielo, porque si no tienen ese tipo de vida, al morir van al infierno’. Todos lo creíamos. Ernesto vino y no dijo nada de eso. Nos dijo: quiero ser como ustedes. Voy a vivir con ustedes. No voy a cobrar. Y así fue”, recuerda Guevara.
El poeta no solo motivó a los campesinos a pintar, a descubrir que la religión no es una prisión para el alma, sino que inoculó en los más jóvenes el espíritu revolucionario. Los “muchachos” de Solentiname (como los llaman con cariño los habitantes de las islas al recordarlos) descubrieron que vivían en un mundo de injusticias y se involucraron en la lucha revolucionaria contra la dictadora somocista. Participaron en actividades clandestinas y acciones violentas contra el somocismo, lo que hizo que el dictador enviara escuadrones de la Guardia Nacional (su brazo armado) a destruir el archipiélago. Varios de aquellos muchachos murieron en la guerra, pero los que sobrevivieron pudieron ver el triunfo de la revolución sandinista y el renacer de Solentiname.

Ernesto Cardenal fue nombrado ministro de Cultura por el gobierno revolucionario y entre sus grandes proyectos fue la reconstrucción de Solentiname y el apoyo a la pintura primitivista.

“En aquellos años de los ochenta que teníamos el ministerio de Cultura, todo turista que venía a Nicaragua se llevaba un cuadro de pintura primitivista, porque era como llevarse el recuerdo del país”, recuerda Luz Marina Acosta, quien ha sido asistente de Cardenal durante casi treinta años. “No son cuadros baratos, los pintores no regalan sus pinturas. Por eso Cardenal les cambió la vida. Pasar de pescar a pintar, tener dinero para comprar el arroz, la sal, comenzar a invertir en tu casita, eso le cambia la vida a la gente, haciendo que pinten, que hagan su arte. Porque son artistas, verdaderos artistas”, afirma Acosta.

Los cuadros primitivistas pueden comprarse directamente a los pintores a precios que van desde los cien dólares para pequeños paisajes, hasta 500 y cinco mil dólares. Representan la belleza de estas tierras, de un verde lleno de vida: flora y fauna salvaje, las aguas del lago, sus habitantes lavando la ropa en las costas, pescando, yendo a misa en la pequeña iglesia de la isla Mancarrón, la más grande del archipiélago, donde Cardenal todavía conserva una cabaña, en la que aún a sus 92 años pasa las vacaciones de Semana Santa, leyendo su célebre El Evangelio de Solentiname entre sus amigos pintores.

Cardenal cambió la vida de los habitantes de Solentiname, pero Solentiname también le cambió la vida a él. “Tuve repentinamente a mitad de mi vida una inesperada conversión a Dios, se me reveló Dios y me enamoré de Dios. Y no quise otra cosa más que vivir a solas con Dios”, recuerda el poeta, quien se entregó a la fe en una orden religiosa de Estados Unidos que lideraba el teólogo y escritor estadounidense Tomas Merton. Cardenal y Merton se hicieron buenos amigos, y cuando el poeta nicaragüense enfermó, Merton le propuso que fundara su propia comunidad religiosa en el buen clima del trópico de Nicaragua.

Cardenal cuenta cómo fue su encuentro con el archipiélago. “Por esos días mi hermano mayor tenía un pequeño yate y pasó por Solentiname. Nadie conocía Solentiname y me recomendó que en ese lugar podía hacer una comunidad, porque era un lugar muy bello, también una tierra muy buena, para hacer una pequeña fundación. Por eso apareció Solentiname en mi vida”. Desde entonces el archipiélago es un enorme taller de arte. Los pintores primitivistas siguen produciendo sus lienzos llenos de vivos colores y la técnica pasa de generación a generación. Ahora, a la par de los primeros pintores, trabaja la tercera generación de primitivistas, entre ellos Jeysell Madrigal, quien vive de sus cuadros y con ellos mantiene a su hija de cinco años. Madrigal asegura que este arte no morirá. “Todo mundo sabe que a través del padre Cardenal se fundó el arte aquí en Solentiname y el arte siempre continúa y no va a caer, porque ahora vienen nuestros hijos. A mí hija le gusta pintar y tiene cinco años”, dice la joven. A un lado descansa un hermoso lienzo que Madrigal espera vender pronto en 1,500 dólares. Eso sí, dice sonriendo con picardía, siempre se puede negociar el precio.

Daniel Chávez, el pintor que ha representado a Nicaragua internacionalmente

Daniel Chávez
Si bien muchos pintores son influenciados, al iniciar su ardua carrera artística, por la estética romanticista de Francisco de Goya y Lucientes; por el impresionismo de Claude Monet o por qué no, por el barroquismo de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, existen otros que fueron cautivados por el Surrealismo de Salvador Dalí, como el caso de Daniel Chávez Prado, un capitalino amante de las Artes Bellas.
Este autor de más de seiscientas obras ha ganado dos premios de concursos de pintura internacionales y representó a Nicaragua y Centroamérica en The 6th Tsai-Mo Art Festival in Taichung: International Tsai-Mo Totem Art Exhibition, realizado en China. En Estrella te contamos más de este ingenioso artista.
¿A qué edad creaste tu primera pintura y de qué trataba?
A los dieciséis años, en mi ingreso a la Escuela de Bellas Artes. Fue el dibujo de un Cristo.
¿Qué pintores admirás y cómo aplicás sus influencias en tus obras?
Admiro a mucha gente, no exclusivamente debe pintar, sin embargo mucha gente fácilmente puede influenciarte y no te das cuenta, pero entre mis artistas favoritos están Salvador Dalí y su obra surrealista, Winston Miranda, Sergio Velázquez, Frida Kahlo y Ricardo Maya, que incluso pude trabajar con él.
¿Qué temáticas abordan tus obras?
Los temas pueden ser cualquier cosa. Quedar en un solo tema sería como entrar a una dulcería y pedir solo galletas sabiendo que existen chocolates, pasteles y mil cosas más. Disfruto el realizar cualquier cosa, puede ser desde una vivencia hasta un pensamiento, algo que leí o vi, no obstante, mi tema más recurrente es dedicado a la mujer, a quien considero un ser admirable en todo sentido: son fuertes y deben tolerar muchas cosas negativas; además de bellas son la inspiración en todo.
¿Cuántas obras tenés?
Es difícil saber cuántas obras llevo hasta el momento, sé que son más de 500 dibujos y más de cien pinturas; cálculo exacto no sabría realmente.
¿Cuánto tardás en la creación de una obra? ¿Cuánto ha sido el tiempo máximo que has pasado trabajando en una obra?
Cada obra tiene su tiempo, a veces puede ser veinte minutos, media hora o muchas tardes de trabajo. En momentos me demoro más en la culminación de una obra por el hecho de dedicar tiempo a más actividades o el mismo trabajo, de ahí ha sido un mes.
¿En qué pintás?
Pinto sobre cualquier superficie, con cualquier cosa que manche, pero mi favorito es sobre tela.


Daniel Chávez
¿Cuál es tu mejor obra?
Bueno, uno siempre tiene sus favoritas, ya sea por su contenido personal o por la motivación a su realización. Sería como decirle a un padre cuál es su hijo favorito, es algo que difícilmente se responde, lo que sí es seguro, que si el resultado no me gusta es desechada.
¿Con qué movimiento pictórico te identificás?
Con el Surrealismo, es algo hermoso crear cosas que nunca podremos, cosas que solo están en sueños o la imaginación.
¿Qué técnica utilizás al pintar o dibujar (óleo, alto relieve, temple etc.)?
Uso texturas para dar bajo relieve a mis pinturas y en los dibujos me gustan las técnicas mixtas, puedo a un dibujo a lapicero echarle acuarela o a uno con tinta darle lápiz de color.
¿Qué es lo que más te gusta pintar?
Lo que más disfruto hacer son retratos, cada persona es diferente, sus facciones y rasgos únicos que aunque uno haga miles cada persona será única, un retrato nuevo y un reto interesante de realizar, mientras más grande sea el reto es una mejor motivación para mí.
¿Has retratado a un amor como el caso de Rembrandt, Diego Rivera, Frida Kahlo, Salvador Dalí , Pablo Picasso, etc.?
Claro, el amor es algo hermoso, es un sentimiento que en su momento da la mayor inspiración de todas las que he tenido y tuve mi musa que me llenó al límite.
¿Cuánto cuesta una obra?
El costo de las obras es variante, ya sea por el material invertido o por su formato.
¿Qué opinás del arte en el mundo contemporáneo?
El arte en el mundo es algo muy extenso, puedes usarlo a gusto en cualquier campo que labores, incluso los de Medicina usan un poco el arte, los fotógrafos, etc. Con el mismo principio básico de las obras, todos podemos expresarnos, así que en general el arte vive en todo lo que nos rodea.
¿Cuáles son las dificultades que tenés actualmente en el ámbito artístico?
Lamentablemente, lo más difícil es cuando no se fomenta acá las Bellas Artes.

Daniel Chávez
¿Cuáles son tus sueños?
Entre mis sueños está trabajar haciendo edición y películas animadas y que mi trabajo se exhiba en un museo donde mucha gente por mucho tiempo pueda verlo.

¿Has participado en concursos de pinturas?
En varios concursos, incluso logré tener premios y ser jurado calificador. Uno fue de caricatura ambiental en el 2007 y el otro en Guatemala, en el 2011. Asimismo, tuve la oportunidad de representar el arte no solo de Nicaragua, sino de toda Centroamérica en una Expo colectiva que se llevó a cabo en China y en Valencia, España; entre todos los participantes fui el único nicaragüense y centroamericano.

¿En qué proyectos te encontrás trabajando actualmente?
Tengo un proyecto de dar clases a personas con discapacidad de audición, ya que son pocos los capaces de poder comunicarse con ellos en lenguaje de señas.

¿Dónde presentás tus obras?
En varios lugares, como el Teatro Nacional Rubén Darío, el Palacio Nacional o la Casa de los Tres Mundos, Granada.
Daniel Chávez tiene un diplomado en Gestión Cultural (en la UCA) y una maestría en Artes Visuales. Actualmente trabaja en el Programa Lea y en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Se caracteriza por ser muy extremo en todo, ya sea desde lo amoroso hasta lo temperamental, “suelo reír mucho y me gusta hacer reír a mis amistades para pasar un buen rato”, comparte.

Platicando con Alberto Ocon

La inspiración de Alberto Ocon para crear una obra viene de la naturaleza y los paisajes. En constante búsqueda por encontrar armonía entre la imaginación, la técnica y la gama de colores, el artista crea un diálogo que transporta al espectador a una ilusión de realidad distinta de la esfera visual y natural, al tiempo que lo remite a lo más sustancial de la pintura. En cuanto a su estilo, en ocasiones la obra de Ocon es abstracta: evidencia composiciones independientes de representaciones visuales del mundo real, y en otras su pintura es semiabstracta: devela representaciones figurativas no obstante alteradas, difuminadas, modificadas o sintetizadas de sus significaciones simbólicas.

Biografía
Nace en Managua, Nicaragua. En 1975 viaja a España, donde reside hasta 1985. En Barcelona empieza sus estudios de Arte bajo la dirección del maestro Don Jordi Pruna. Desde 1985 vive y trabaja en Broward, Florida. Ejerce estudios de arte por corto tiempo en el New World School of the Arts y en el Miami Dade Community College bajo la dirección del maestro pintor Baruj Salinas.
Ha incursionado en el mundo del grabado con el grabador Joaquín Gonzales. Su obra se encuentra en colecciones privadas de España, Argentina y Nicaragua, y en diversas ciudades de Estados Unidos, como Los Angeles, San Francisco, Chicago, Washington y Miami.

En esta conversación, Alberto Ocon nos habla de su primera obra de arte, referentes, técnica y temas recurrentes en su trabajo artístico.

 ¿Cuándo decides hacerte pintor?
Desde pequeño tuve esa inquietud por el arte: siempre supe que en algún momento me dedicaría a él. Cuando vivía en España tomé unas clases de pintura en Barcelona con un profesor catalán, Don Jordi Pruna, pero como siempre estaba viajando no podía dedicarme a la pintura y la dejé, hasta que llegué a Estados Unidos. Aquí, desde hace catorce años, he podido mantener un ritmo constante de trabajo.
Hace doce años que tomas clases con el maestro Baruj Salinas. Sin las lecciones de este pintor, ¿quizá todo habría sido distinto para ti y tu pintura?
Efectivamente, Baruj es un amigo y maestro. Sin ninguna duda fue él quien me enseñó el camino de la práctica. Yo venía del New World School of the Art en Miami, en donde estudié un año, pero por problemas de horario lo tuve que abandonar. En una ocasión leí un artículo en el Miami Herald sobre la clase Baruj en el Lindsey Hopkins Institute y fui a verlo. Ahí empezó todo. Lo que es muy importante recalcar de Baruj es que te lleva directamente a la práctica del arte. Yo creo que esa es la manera más directa de aprender, sin lecciones académicas que, a mi juicio, son innecesarias. Baruj ha sido un factor importante en mi desarrollo como artista.

¿Qué recuerdas de tu primera obra artística?
Recuerdo que fue un paisaje de Cadaqués, en Barcelona, en la clase del señor Pruna. Quedó muy bien y él me dijo: “Tú puedes pintar, pero recuerda que hay que trabajar mucho”. Y tenía razón: para poder evolucionar en el arte hay que ser constante y trabajar mucho, sin parar.

¿Tienes alguna preferencia a la hora de elegir los temas que llevas a tus lienzos?
Yo me considero paisajista, así que mis pinturas son paisajes trabajados de una manera expresionista, con tendencia a la abstracción. Pero también he hecho naturalezas muertas. Estos son temas a los que pienso volver. Sin embargo, la pintura es evolución y a mí me gusta el cambio no solo en el tema, sino también en el trabajo en general. Incluso el cambio con otras técnicas, y si es posible otras tendencias, como la escultura, por ejemplo.
¿Qué técnicas empleas en tu pintura y cuál es el proceso de trabajo?
Principalmente el medio que utilizo es el óleo, pero también trabajo con el acrílico. El soporte es en telas y papel especialmente. También he hecho grabados recientemente con el grabador cubano Joaquín Gonzales. En general, me gusta tratar todo tipo de materiales, sobre todo aquellos que se pueden modelar, como la arena, el polvo de mármol, la pasta de modelar, etc. Para crear texturas, el proceso de trabajo es igual con todas las obras. Los cuadros cambian constantemente a medida que trabajas: es el diálogo continuado con la obra que te va pidiendo más y más hasta terminar con el cuadro.

¿Quiénes son tus referentes artísticos?
Mi principal referente es Antoni Tápies, sin ninguna duda, pero también Willem de Kooning, Anselm Kiefer, Peter Doig y otros. Siempre me estoy informando sobre arte y leo constantemente de todo lo que ocurre en el mundo del arte en general.

¿Cuánto tiempo dedicas a tus obras?
No tengo un tiempo definido para cada obra. Trabajo con diferentes cuadros al mismo tiempo, por lo cual se me hace difícil determinar el tiempo que dedico a cada obra. Pero sí dejo descansar un cuadro y paso al siguiente. El problema para mí, y creo que también para otros artistas, es determinar cuándo un cuadro está terminado. En mi caso nunca estoy satisfecho: siempre quiero agregar algo más a la obra, pero llega un momento en que ya tengo que dejarlo. De cualquier manera, ese ritmo de trabajo me gusta, ya que no tengo prisa en acabar, y tampoco me pongo un límite.

¿Cómo ha evolucionado tu pintura a través de los años?
De la manera en que yo lo veo es que con el tiempo adquieres destreza y la obra una especie de calidad. Al final creas tu propio lenguaje que se refleja en lo que se llama “tener un estilo propio”. Y todo esto es palpable cuando ves diferentes cuadros juntos a la vez, lo que te permite observar mejor la obra en general, ya que se ve la similitud y la consistencia. En definitiva, notas que están pintadas por la misma mano y cierta gente que me conoce tiende a reconocer mi obra.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?
En este momento mi principal proyecto es seguir trabajando, continuar evolucionando en el mundo del arte, porque es la meta más importante de mi vida. Lo disfruto inmensamente, por eso siento ese deseo de trabajar constantemente. Pienso continuar con ese entusiasmo hasta redondear mi obra, ese es mi objetivo.

Abel Vargas, pintor de selvas tropicales nicaragüenses

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El poeta nicaragüense Julio Valle Castillo en su ensayo “El inventario del Paraíso”, nos recuerda Vargas, hacia notar que el movimiento de pintores de la modernidad nicaragüense (1960-70), no era un grupo que se caracterizara por el paisajismo y que por eso el primitivismo había venido a suplir esa carencia, dándole continuidad y permanencia. Pintoras como Asilia Guillén y Adela Vargas, o Llelva Ubau y Marina Ortega de la escuela primitivista de Solentiname (Granada), entre otras y
otros, promovido por el poeta Ernesto Cardenal y la pintora Elena Pineda, han pintado sus propias florestas isleñas y su virginal esplendor.

Pero es Vargas, quien ha pintado la espesura selvática, tanto del Caribe como del Pacífico. En los años ochenta del pasado siglo, surgen de su paleta sus temas afrocaribeños, como “Semana Santa en Corn Island”, “Punta fría o Pointeen”, o el “Palo de Mayo en Bluefields”, o uno de los temas de selvas tropicales con el cual ganó el Primer Lugar de la I Bienal Centroamericana de Pintura Primitivista.

Después sus temas giraron hacia el Pacífico. En el Museo de Altagracia (Ometepe-1994), rinde homenaje al paisaje al exponer su obra “Ometepe”, cuadro reproducido en postales por la ONG cultural Quijote Center, en Washington.

“Selva tropical”, es otra obra exhibidas en 1991 en la colectiva de Arte Contemporáneo Nicaragüense-Stephanie Ann Roper Gallery de Frostburg State, Universidad de Meryland.

"Reserva natural Los Guatusos" de Abel Vargas, óleo sobre tela. Para el 2002, en la muestra colectiva “Resurgimiento de un paraíso Sumergido”, exhibe dos obras mas, una de ellas de un exuberante boscaje titulada “Reserva Natural Los Guatuzos”, y la otra su contraparte, “Voracidad”, que constituye una denuncia de la depredación forestal.

Esto lo lleva a exponer en Galería Epikentro, en el 2003, la muestra “Paisajes Nicaragüenses”. El poeta y crítico de arte Álvaro Urtecho elogia sus obras como de un primitivismo muy refinado, de temas románticos, y con elementos del realismo mágico latinoamericano, en lo que a ecología, preservación del medio ambiente y nueva estética visual ser trata. En la actualidad, Vargas continúa pintado otras series, y viajando desde Managua a las isletas del lago Cocibolca, de donde le vienen una buena parte de sus inspiraciones para pintar sin tiempo sus selvas tropicales, de la cual se siente uno de sus pintores maestros por excelencia, neoprimitivista y ecologista.

Pérez De La Rocha: "Pintar desnudos es retratar la vida."

Fotografía del 8 de marzo de 2016 del pintor nicaragüense, Roger Pérez de la Rocha en su estudio en Managua, (Nicaragua). EFE

El mensaje que un artista plástico envía al pintar desnudos es el de resaltar la belleza de una mujer, como madre y dadora de vida, la vida misma, más allá del físico.

Así lo explica el artista plástico nicaragüense Róger Pérez De La Rocha, un maestro de la pintura y un reconocido exponente del arte de los desnudos en Centroamérica, en una entrevista con Efe.

"Por lo general la mujer ha sido objeto de belleza y también ha sido objeto de reflexión y de mucho sentimiento", señaló Pérez De la Rocha, de 67 años, ganador de un sinnúmero de premios en Nicaragua y quien sufrió de alcoholismo durante 13 años.

Para este reconocido retratista, que ha expuesto sus obras en Brasil, Bulgaria, Cuba, EE.UU., España, Francia, México, Panamá, Perú, Rusia y en los países de Centroamérica, hay tantos aspectos en una mujer, desde la maternidad, la mujer dadora de vida, la mujer multiplicadora de la especie, y la mujer que es un verdadero milagro de la naturaleza.

Por eso para los artistas, aseguró, "merece todo nuestro amor, todo nuestro cuido y nuestro respeto".

"Hay tribus de monos y otras especies de animales que cuidan a muerte a sus hembras. Solo en el ser humano estamos viendo semejantes aberraciones que no cuidamos a las hembras que es la prolongadora de la especie, de la vida y para mí la mujer es eso: vida", resaltó.

Por tanto, para Pérez De La Rocha, quien estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Managua y en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, pintar desnudos es un homenaje a la belleza, a la sensualidad y a lo erótico de la mujer.

En su estudio ubicado en el segundo piso del Instituto Nicaragüense de Cultura (INC), donde predominan pinceles, lienzos, colores, pinturas, y se hace acompañar de música instrumental, este pintor explica que su inspiración nace de la necesidad de expresarse.

"La necesidad que tengo yo de comunicar lo que me rodea, lo que siento, lo que sueño, lo que me duele, lo que aborrezco. Esa es mi razón. Esa es mi fuente, la vida misma y mi pecho mismo", puntualizó este artista de barba cana y rostro cansado.

Pérez De La Rocha padeció durante 13 años de alcoholismo, y al ser consultado sobre la relación de ese mal con su creación artística, reconoció que "muchas veces eso sirve para entonarte, para libertarte, para relajarte".

"Pero después", advirtió, al menos en su caso, "se me hizo una muleta que no podía pintar, o sea que ya no podía vivir sin tomar".

"El alcohol era mi enemigo y realmente estamos diseñados para trabajar sin drogas y sin alcohol. Soy tan loco como quiero, tan espontáneo como quiero, sin necesidad de ingerir alcohol", aseguró el artista plástico, con 19 años de estar alejado de la bebida.

En su adolescencia fue un "joven alegre", pero también, admitió, el alcoholismo significó mucha "pérdida de control".

Observó que el estigma en torno a los artistas plásticos sobre el alcoholismo se debe a que es un oficio con mucha sensibilidad y en donde el estrés "puede orientar hacernos propicios para caer en el alcoholismo".

"Pero realmente todos los seres humanos estamos expuestos. Eso es falso que solo los artistas caen en alcoholismo. Hay borrachos en todas las profesiones, incluso hay jefes de Estados que son unos grandes borrachos. También jefes militares", agregó, sin más.

Ernesto Cardenal, el poeta y sacerdote trapense, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2012 y propuesto por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) al Premio Nobel de Literatura 2010, "me enseñó a crecer", confesó este artista.

"Me enseñó a ser individuo, a trabajar, a no robar. Bastante me enseñó, creo. Ernesto fue un guía estupendo para mí y para muchos. Yo le tengo mucho respeto. Fue, en ese sentido para mí, el padre que no tuve en mi infancia", subrayó.

Fue con el también ministro de Cultura durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990) que vivió una de las experiencias más lindas y místicas de su vida, enseñar a pintar a campesinos y pescadores del archipiélago de Solentiname, en el Gran Lago de Nicaragua.
"Allí tuve la oportunidad de formar a los primeros artistas de Solentiname", remarcó.

Entre sus obras sobresalen La Lupita, Reposo, Juego de Cartas, Los Hombres de Sandino, entre otros.
El arte como tal, tiene muchas perspectivas y por lo tanto definiciones diferentes, quizás es algo demasiado grande como para ser definido, pero con ayuda de algunas personas relacionadas con este mundo, intenté darle sentido a la palabra arte. 
Vink Laguna Guevara, artista de 21 años, me advirtió que esa palabra es demasiada amplia y por eso él prefiere no definirla, solo siente que el arte “es algo que viene de adentro”

Ramiro Lacayo, artista nicaragüense, se atreve un poco más, me comentó que el arte a pesar de ser un término ambiguo, es una disciplina en los que el ser humano recrea la realidad, desde los sentimientos, las emociones, pero de manera creativa. 
Obra de Ramiro Lacayo. Cortesía/Maje
Lo que diferencia el arte de otras disciplinas, es que debe tener elementos esenciales como originalidad en la expresión e impacto dentro de una época, sociedad o grupo determinado, me explicó Lacayo. 
El arte es entonces una expresión del artista, una parte de sus experiencias en este mundo. Para Gladioska García, representante de la  Fundación Ortiz Guardián, el arte permite liberar las ideas y emociones, y se puede entender como una manifestación estética, tiene muchas variantes. 

Lo siguiente entonces es saber lo que significa la estética para algunos artistas nicas. La estética es subjetiva, porque está directamente relacionada con la belleza, por lo que depende de la persona para apreciarla. 
Gladioska me explicó que una de las características del arte, es que el espectador tiene la libertad de darle diferentes lecturas a una pieza, depende de cómo la obra llega a hablarte o cómo no te habla. 
Obra de Ramiro Lacayo. Cortesía/MajePara Ramiro Lacayo, de la estética hay muchas definiciones, la principal es que busca la belleza en el arte, también puede ser el impacto que causa la obra en la sociedad, en el público. 

¿Cómo apreciar el arte? 

A partir de la estética se puede apreciar el arte. Uno de los problemas más usuales es que en Nicaragua no hay público para el arte, me comentó Gladioska, es decir, las personas que no están relacionadas al mundo del arte, suelen descartar la posibilidad de asistir a una exposición por miedo a no entenderla o simplemente no saber apreciarlo. 

En muchas ocasiones te encontras con obras que son particulares, por sus colores, contextura, etc... y pensás que no tienen sentido. 
 
Obra Ramiro Lacayo. Cortesía/Maje
Es un comportamiento usual, por eso Lacayo recomienda que cuando asistamos a una galería de arte dejemos correr nuestros corazones tras algún cuadro o estilo que nos guste, que sintamos confianza en nuestros juicios e interpretaciones y vayamos avanzando de lo simple a lo complejo.
 
Lo más importante, me dijo Lacayo, es que si un cuadro “logra detenerte en tu apuro y te hace sentir algo, entonces quédate apreciándolo por un tiempo”, porque esa es la conexión que busca el arte con las personas.
Una de las propuestas que tiene Lacayo para que las personas puedan apreciar el arte, es que en las escuelas se imparta clases de historia del arte, que las escuelas lleven a los estudiantes a eventos artísticos, de esta manera los niños y jóvenes crecerán con un valor cultural. 

El artista nica con más experiencia

Ramiro Lacayo es uno de los artistas con más experiencia en Nicaragua, desde niño comenzó a dibujar, después le gustó el mundo de la literatura y en 1969 publicó sus primeros poemas. 
Ha trabajado en cine, arquitectura, dibujos entre otros. El arte siempre ha sido para él una necesidad de expresar su mundo interior de una forma no convencional o conversacional y poco a poco ha descubierto su propia forma de expresión en repuesta a su hipersensibilidad, es decir, la importancia sentimental que le da a situaciones que para los demás les parecen normales. 

Desde el inicio de su vida artística, Ramiro Lacayo ha sido influenciado con el expresionismo, una postura del arte que es más subjetiva, no busca plasmar la realidad o su impresión de la misma, sino que intenta construir un producto que viene directamente desde el artista, de sus sentimientos y emociones.
Cortesía/Maje
A pesar que Ramiro ha pasado por una variedad de influencias artísticas como: el impresionismo, fauvismo, cubismo. La que más lo ha marcado es la abstracción. 
La pintura abstracta, me comentó Ramiro, con sus trazos fuertes y emotivos, tiene un campo más amplio de comunicación, por lo que coordina más sus pensamientos y las voces en lo abstracto, antes que en lo descriptivo o anecdótico. 
 
 Además lo abstracto tiene “un carácter de atemporalidad en la pintura abstracta que coincide mucho con una de las interrogantes: el tiempo”. 

¿Qué es el arte abstracto y minimalista?

El arte abstracto de acuerdo a medios internacionales, comenzó a practicarse en 1910, fue el artista ruso Vasily Kandinsky, quien ideó las primeras definiciones del término. 

En general la abstracción busca representar el mundo de una manera muy subjetiva, a través solo de las ideas o sentimientos del artista, sin representar objetos o personas en particular. 

En el caso de la corriente minimalista, nació de la arquitectura y la escultura, pero actualmente influencia también la pintura, “a veces toma la forma de un geometrismo bien formal, otras son expresiones con limitado
número de trazos. 

Es una pintura difícil de lograr y muchas veces nos deja fríos porque no se establece un dialogo con ella”, concluye Ramiro. 

¿Qué recomiendan a los nuevos artistas? 

Ramiro Lacayo recomienda a los jóvenes que quieren empezar en este mundo, el camino “es ingrato hasta que se vuelve grato”

Deben  tener disciplina y paciencia,  además, saber llevar los elogios, hacer sacrificios para después obtener las recompensas, concluyó Ramiro. 
Obra de Vink  Laguna Guevara. Cortesía/Maje
También recomienda a los jóvenes artistas visitar centros de artes, y que los artistas de otras áreas como escritores, músicos asistan a las exposiciones de artes gráficas
Uno de los mayores problemas con los que se enfrentarán los artistas es la falta de presupuesto me dijo, Gladioska García.  “Los artistas no viven de su arte, porque no existen espacios donde pueden apoyarlos y promocionar el arte”, afirmó.

Además suele pasar que la gente en Nicaragua no gasta demasiado dinero en adquirir obras, porque no existe una cultura por coleccionar obras
Por eso la mayoría de artistas nicas, lo que más tienen son ganas de producir arte, por circular en espacios nacionales, muchas veces sin demasiadas esperanzas de reconocimientos económicos. 

Una de las maneras de hacer arte y que sea admirado por varias personas, son los murales callejeros. 
Vink Laguna Guevara, es un joven de 21 años que estudió arte en una academia en Estelí, donde le enseñaron a concentrar sus dibujos en figuras humanas. Se dedica al muralismo, él considera que su mayor influencia ha sido el realismo y los detalles. 

Es decir, crea figuras que no necesitan explicaciones sobrenaturales, son retratos que no necesitan embellecimiento por encima de lo normal, sino que representan las cuestiones como son. 

En general, Ramiro Lacayo cree que en Nicaragua se produce arte de calidad, pero se necesita un público, para eso Glaioska explica que la gente no debe tener miedo de entrar a una galería y apreciar el arte, porque la opinión en el tema es válida, puesto que lo necesario en las sociedades, es construir la sensibilidad.

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